Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.