Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.