Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.