Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
La procesión va por dentro, no por teatro.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos