Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
La procesión va por dentro, no por teatro.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.