En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.