Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.