Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas