No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio