No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.