El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Las canas son sabiduría que se desborda.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.