Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.