En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo