No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.