Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Las canas son sabiduría que se desborda.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.