Fe.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Las canas son sabiduría que se desborda.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.