No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.