Flores.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña