Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.