Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.