Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué