#poesía
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.