Fe.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.