¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
La procesión va por dentro, no por teatro.