Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.