He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya