Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.