Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito