No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía