Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.