Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Las canas son sabiduría que se desborda.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal