Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Quien no tiene memoria necesita cicatrices. Quien no tiene historia necesita tatuajes.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.