La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.