Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.