El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta