Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.