Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel