Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Las canas son sabiduría que se desborda.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
La procesión va por dentro, no por teatro.