Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar