Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.