Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.