Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Tu forma de diábolo, de reloj de arena tu perfil, contra mi alma de león y mis dientes de marfil.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Viaja ligero si quieres llegar lejos: la felicidad.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué