Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo