Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.