Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Pájaro nunca voló: le dijeron que no podría y se lo creyó.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
La procesión va por dentro, no por teatro.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.