Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar