Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
A lo mejor es bueno crearse una rutina de romper la rutina diaria y marearse en la noria. A lo mejor tenemos que ser fuertes
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.