La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Las canas son sabiduría que se desborda.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
La paciencia es la damisela que más se hace esperar y nunca termina por llegar
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.