Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Las canas son sabiduría que se desborda.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Humano guarda secreto de sumario: llora por dentro.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,