Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
Así como no todo aquello que mide la hora es un reloj, no todo aquel
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible